Buscando su definición esta
vez la he encontrado, la comparto con ese experto que lo ha descrito como el
hecho de advertir o notar la falta de alguien o algo. Y tal vez podamos decir
en líneas generales que si es eso, que todos lo sentimos igual.
Pero para mí echar de
menos se ha convertido en un sentimiento que camina conmigo de la mano, en el
momento que le vi bajar del coche y me dijo ese ahora hablamos, en el que le vi
cómo se iba andando cada vez más lejos de mí, cada vez que se va de mi lado. En
ese momento no importa el lugar, él me invade y se viene conmigo.
No sé si me acompaña
desde siempre, tal vez estaba ahí y no lo había reconocido de una manera tan
intensa como ahora, el sentir ese cosquilleo en mi corazón. Pero quizás no
estaba, quizá ha llegado de improvisto sin avisar y me está enseñando que es él
de verdad. No lo sé, pero él encontró un lugar a mi lado cada vez que le veo irse.
Y el echar de menos se ha
convertido en añorar su sonrisa, y escuchar sus carcajadas, en volver a tenerle
de frente a tan sólo un palmo de mí, a dale ese abrazo o aunque tan solo sea para poder contemplar sus miradas. Se ha convertido en recordar que a veces
sin decirle nada le digo todo, en ese momento que callamos y son nuestros
silencios los que gritan. Se transformó en las ganas de volver a recordarle que
este mundo no es solo es un camino de piedras que está lleno de ellas pero que
siempre hay que seguir para luego tener momentos perfectos.
Es cierto que estoy
aprendiendo a vivir con él, aunque me cueste cada día ver cómo se va y abrirle
segundos después para recordarle y darle gracias por cada segundo a su lado.
Que echar de menos te hace grande día a día, que llegara el momento en que sea
algo normal pero hasta ese momento dejen que les diga que a su lado me hago
grande día a día, que ver su sonrisa y tener su abrazo vale más que las horas
que le echo de menos. Que nadie dijo que fuera sencillo, que lo sencillo no
existe, pero también creo que si este sentimiento existe es porque viven en mi
muchos sentimientos que me llevan a él. Sentimientos que no entienden de
lejanías, de distancias, ni de espacio, ni de tiempo.
“Cuando menos lo
esperamos, la vida nos coloca delante un desafío que pone a prueba nuestro
coraje y nuestra voluntad de cambio.”
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