domingo, 9 de noviembre de 2014

Hoy soñaré contigo..

Y si nos paramos a pensar, es increíble lo que llega a esconder dentro esa bola de algodón. Hay algo en su suave tacto que nos llama la atención desde bien pequeños, cuando no entendemos el porqué de muchas cosas de la vida pero si llegamos a entender que si lo abrazamos estamos protegidos. Y nadie en este mundo nos ha dicho que eso sea así, que sea él quien nos proteja si nos pasa algo, porque realmente no es así. 

Cada día estamos buscando su calor en ese invierno frío y su frio en pleno verano, y con ello nos damos cuenta de que él nunca falla, que de nuevo cuando entras en tus cuatro paredes lo ves ahí encima de su vida dispuesto una vez más a estar a tu lado las horas que tu desees. Sin mirarlo tan solo con tocarlo, abrazarlo, somos capaces de encontrar en él nuestro hueco interior, ese hueco interior en el que guardamos todos nuestros pedacitos, esos pedacitos que nos hacen grandes día a día, pedacitos que nos hacen crecer a base de caídas.

Aparecen de golpe y de frente encima de tu cama, no sabes ni de dónde vienen ni a donde van pero ahora están ahí, en tu lugar, en tu mundo dispuestos a darte la comodidad y la tranquilidad para compartir con ellos cada uno de tus sueños.

Caídas y más caídas, piedras y más piedras, eso es la vida, eso es lo que llena ese pequeño hueco de nuestro interior. Ese hueco que esconde cosas que solo nosotros sabemos, que esconde un qué y un porqué de cada cosa que hacemos, que nos hace dudar y plantear las cosas mucho rato antes de hacer algo, ese pequeño hueco que nos enseña que si algo quieres algo cuesta. 

Y es él de nuevo el que aparece para decirle a ese hueco que explote ante él, que derrame todas las lágrimas que necesites, que le dé el golpe que haga falta para tranquilizarle o que simplemente le abrace con toda la fuerza que tenga. Porque yo soy la primera que llego a casa con una sonrisa, muestro a mis padres una felicidad que creía inexistente y de camino a mis cuatro paredes agacho la cabeza para terminar, encima de esa cama, y me empiezan a sudar los ojos abrazada a él. 

Palabras que desaparecen entre su tela, miles de lágrimas que esconde en cada una de mis caídas, y con él paso del tiempo me atrevo a deciros que le tengo un cariños especial, que puedo derramar y explotar hasta ese punto en el que sea él, quien me dé la tranquilidad para dormirme encima suyo y de nuevo, dejarme soñar.


Hoy soñaré contigo por si no te veo mañana

miércoles, 8 de octubre de 2014

Pura superación.

Hablan de superarlo como si fuera algo fácil, como si solo se basara en la lucha contra ello, en el día a día pensando que de nuevo toca encerrarte en esas cuatro paredes y esperar el día en que puedas salir de ahí libre de ese corriente interno que te quiere llevar a otro mundo, ese mundo sin explicación, ese mundo dibujado de negro, ese mundo que esta tan lejos y a la vez tan cerca, ese mundo al que no quieres ir.

Llegó ese día que al despertar note algo dentro de mí que no quería lo que yo quería, algo que se iba para otro lado totalmente opuesto a eso llamado vida. Y caí en lo más profundo que alguien pueda llegar a imaginar, caí en un lugar del que no conocía nada pero que tenía todo por conocer. Sin esperarlo me rompió, no tan solo a mí, sino a quien me ha dado la vida. Ese alguien que se vio obligada a recordar que sólo se tiene a sí misma cuando alguien viene o se va. Y me cogieron fuerte de la mano y me dijeron: Levanta la cabeza pequeña que puedes. Era el momento de pasar página a la vida, de empezar otro capítulo con otro título y otro argumento. 

Ese argumento diferente, ese argumento se basaba en que tiene un límite y no te puede invalidar para amar ni siquiera puede destruir la esperanza de uno mismo. Que él se ve tan poderoso es verdad, pero en realidad no lo es porque no puede destruir lo grande que es un corazón. Y dejen que les diga que es destructivo porque nosotros lo vemos así pero tiene la otra cara basada en los recuerdos y memorias, en el coraje de nuestro interior. Que gracias a él aprendes a valorar cada segundo, aprendes a dar cada pasa como si fuera la última, a dar ese abrazo lleno de fuerza. Y os aseguro que no podrá tocar mi hombre interior porque mis pequeñas células son invencibles e invulnerables, que es cierto que nuestro exterior se desgasta pero el interior renace cada día, que en esta vida hay una esperanza que crece y un amor que se solidifica con el inesperado amor verdadero. Y será él el responsable de tirar mi pelo a tierra pero nunca podrá tirar mi confianza en superarlo.

Hablo del argumento de la lucha, de la vida, del perder. Y parece extraño llegar a mezclar estas tres palabras, me diréis que no puede ser, que la vida es para luchar y no para perder pero yo os diré que no es así, que hay que perder muchas veces para aprender a ganar, que hay que luchar muy duro para poder encontrar una pequeña recompensa, que no es todo un camino de rosas ni un camino de piedras que existe el cambio constante y en eso se basa la vida.

Y después de tantos años a su lado, despidiéndome con un hasta luego y por mala suerte no con un hasta nunca. Os digo que hay que ser feliz, disfrutar, reír, jugar, ser malos y sentirse bien al serlo. Demostrar que la locura es algo maravilloso. Pensar que puedes hacer lo que quieras, que nada está prohibido, y si lo está, muchísimo mejor. Sentirse libre y decir lo que piensas por mucho daño que pueda llegar hacer, no te calles.

Y recuerdo ese día en ese lugar que escuche: “Llegará un momento en que todos estaremos muertos. Todos nosotros. Llegará un momento en que no habrá seres humanos que quedan para recordar a alguien que alguna vez existió o que nuestra especie nunca hizo nada. No habrá nadie a quien recordar ni Aristóteles o Cleopatra, y mucho menos a ti. Todo lo que hicimos y construimos, escribimos, pensamos y descubrimos será olvidado y todo esto habrá sido en vano. Quizá ese momento es muy pronto y tal vez hay millones de años de distancia, pero incluso si sobrevivimos al colapso de nuestro sol, no vamos a sobrevivir para siempre. Hubo un tiempo que organismos experimentaron conciencia, y no habrá tiempo después. Y si la inevitabilidad del olvido humano te preocupa, le animo a ignorarlo. Eso es lo que hace todo el mundo “.


No te rindas, por favor, no cedas.

martes, 30 de septiembre de 2014

Luchare para que sea eterno.

Puede ser que llege el dia en que me de cuenta que realmente todo esto por lo que he dado la vida y por lo que he apostado tanto tiempo no es lo que yo pensaba, puede ser que cada discusion tenga su porque dentro de mi corazon y me vaya comiendo poco a poco, no os dire que no porque puede ser.
Puede ser que defienda mi pensamiento y quiera hacerlo entender al amor como si yo tubiera realmente razon, pero de verdad nadie sabe quien tiene la razon. 

Pueden ser tantas cosas que hay un momento que ya se han comido todo el espacio libre en el corazon para ellas, que ya no queda mas y solo queda petar y decir todo lo que se siente, que nadie mas a parte de yo sabe que es esa lagrima que me cae de rabia cada vez que veo esa foto, que nadie a parte de yo sabe lo que se siente al ver que el amor no encuentra solucion a ello y que parece no quererla. 

Y a dia de hoy me encuentro entre la espada y la pared, entre la vida o la derrota, entre ese si y ese no, y mi corazon derramara mil lagrimas indescriptibles, lagrimas de decepcion, de dolor, de recaida, de amor. Son esas lagrimas las que me hacen un nudo en la garganta y me impiden hablar, esas lagrimas que me hacen ver lo que de verdad siento al llegar a pensar que le pierdo, que se va. Son esas lagrimas las que me ponen contra la pared para hacerme ver que le quiero por encima de todo, pero tambien me hacen ver que si de verdad todo en esta vida tiene solucion es el momento de buscarla que no tengo porque seguir asi.

De nuevo me seco los ojos para poder decir que quiero esa solucion y que yo la tendria clara, pero el amor es cosa de dos y no siempre estan de acuerdo. Que no soy nada ni nadie para obligar o prohibir a nadie hacer algo, que no tengo ni la fuerza de voluntad para abrir la boca y pronunciar esas palabras, pero si tengo una fuerza interior que me hace expresar lo que siento para poder ver esa luz y encontar la solucion. Es este cojin el que de nuevo guarda sentimientos de dolor, de deseaperacion, este pequeño rincon del mundo donde encuentro toda la paz para poder desahogarme, para poder expresar de verdad lo que me invade.

Despues de todo se que si no hay una solucion me tocara abandonar, me tocara ser la perdedora de este reto y perder lo que quiero que sea mi futuro, lo que quiero que se llame eternidad. Lo perdere por mi culpa, por no poder soportar lo que deberia, por rendirme en esta lucha del amor. Pero señores, cada uno es como es, cada uno tiene sus pros y sus contras, cada uno de nosotros tenemos un corazon construido a golpes, a caidas y por ello sabes que hay veces que toca perder antes que hacer durar el dolor.

Una vez mas levanto la cabeza para seguir, para evitar caer en lo mas hondo que invento el amor. Y no me rendire ante ello, no dejare perder una eternidad por ello, que no tengo cojones a decirle que no a nada, que es ese amor que me mira a los ojos y se me para el mundo, es eso que nunca habia llegado a sentir pero con lo que ahora no puedo llegar a imaginar un futuro sin el. Que movere todo el planeta para intentar encontrar una solucion definitiva, una solucion sin retorno, que de soluciones de un tiempo ya las conocemos todos y no sirven para nada, que si no rompemos la piedra nos la encontramos mas adelante de nuevo. 
Dejen que les diga que hace medio año que se el valor de una verdadera sonrisa, que se el valor de un hombro en el que apoyarse, el valor de un beso acompañado de un tequiero, el valor de ese abrazo que no quieres que nunca termine, es el valor del amor, del amor verdadero y no voy a dejarlo ir asi como asi, voy a dejarme los nudillos en la pared mil veces, morderme el labio de rabia, secar mil lagrimas, pero no me rendire porque le necesito, le necesito el resto de mi vida.


Lo que hagamos en esta vida tendrá eco en la eternidad.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Nunca un adiós siempre un hasta luego.


En un abrir y cerrar de ojos puede cambiar tu mundo. Ese sentimiento amargo, ese dolor, ese cosquilleo interior y un adios.

Las despedidas por lo general terminan con una promesa por cumplir y a la misma vez producen una cierta esperanza puesta en la mente y el corazón del quien la da y recibe. Algunas de ellas son ensayadas para que todos los deseos queden claros y ambas partes queden satisfechas con el adiós, por otro lado hay algunas que son dolorosas por ese silencio a veces tan doloroso, por la ausencia de esperanza y de futuro y por la convicción de que a partir de ese adiós, ya nada existe nada mas que recuerdos inútiles que con el tiempo podremos manejar, sin embargo qué hay con ése agradecimiento por el tiempo que has vivido a su lado, qué hay con las promesas que fueron el motor de tu futuro, y que aunque no se lograron cumplir en ocasiones fueron la motivación que necesitaste cuando te faltaba ese “algo” para continuar adelante, para levantar la cabeza una vez mas.

Sólo a veces el decir adiós trae tristeza y amargura, pero hay que pensar que el agradecer a la otra persona ocupara un buen rincon dentro de ti, nos hará entender que no hay tiempo perdido ni muerto sino puro tiempo de enseñanza y de aprendizaje.

Les puedo asegurar que cada persona es un mundo nuevo y maravilloso, que cada persona tiene una primavera para prometerte pero también una tormenta que necesitará de tu ayuda para controlarla, o al menos de tu compañía. Que la media naranja puede estar a la vuelta de la esquina pero que nunca hay que forzar para encontrarla, que llegara tarde o temprano. Que ese hombro en el que poder derramar dolor no es tan solo un hombro, es parte de un corazon.

Y de la he vida he aparendio que nunva hay que despedirse te sin haber agradecer, hay que buscar la manera de en qué cuando llegue el momento de girar la página; antes, te hayas tomado un ratito para escribir ese “gracias” y obviamente colocar ese punto final que muchas veces es la puerta a otra nueva y mejor historia.

Que la vida da mil vueltas y con ella mil paginas a girar, que sin darte cuenta, en un abirr y cerrar de ojos vuelves a estar en el principio. Es el mismo principio pero com un pequeño e importante cambio y con ese granito mas de experiencia. Y llega la hora de aplicar lo aprendido de los errores del pasado en esta segunda, tercera o las mil oportunidades que nos da la vida. Otra vez, aquí, ahora; tú decides: seguir el camino de siempre o crear uno nuevo.


"No pidas la luna, consiguela."

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Volver a nacer.

Puedo no roncar pos las mañanas, puedo trabajar de sol a sol, puedo subirme hasta el Himalaya  o batirme con mi espada para no perder tu amor, puedo ser tu fiel, chofer, mujer, todo lo que te imaginas puedo ser y es que por tu amor volví a nacer, tú fuiste la respiración era tan grande la ilusión pero si te vas que voy a hacer, planchar de nuevo el corazón se pone triste esta canción …

Y un día mirándome fijamente a los ojos me dijeron que levantara la cabeza y siguiera adelante que después de la tormenta llega la calma. Hace ochos años de ese momento, ese lugar, esa persona y todo lo relacionado con ello y a día de hoy todavía noto esa tormenta.

A día de hoy me plantado delante del amor verdadero y le he pedido que siguiera adelante y mirándole a los ojos le he dicho que después de la tormenta llega la calma. Quiero decir que a mí de golpes y caídas no hace falta que me digáis nada, que yo he pasado las mías y sigo aquí pese a todo. Que no soy perfecta y no entiendo de todo lo que existe en este mundo pero si entiendo que es de verdad un hombro en el que poder apoyarse y os prometo que es vale más que todo en este maldito planeta.

Sería perfecto poder llegar a expresar todo lo que llega a sentir ahora ese órgano que me da la vida, sería perfecto poder escribir con un lápiz y un papel todo lo que pasa por mi cabeza, sería perfecto poder estar a su lado y susurrarle al oído que sea fuerte, que no se rinda que puede. Que volverá a caer y está vez en lo más hondo que alguien pueda llegar a imaginar, que cada día vera algo peor y echara de menos algo más. Pero yo estaré a su lado una vez más para recordarle que todo esto es un camino hacia la felicidad, es el camino del que está formado la vida, que quizás no recibimos lo que nos merecemos pero que por eso existen todas las piedras en el recorrido.

Pequeño gran amor, déjame recordarte que vales más que las mil lagrimas que han derramado tus ojos, que vales más que ese hueco bajo tierra del que formas parte, que vales más que todo el oro de este planeta. Déjame decirte que no me sueltes nunca de la mano que vamos a llegar lejos, que la eternidad no está a la puerta de la esquina que todavía queda mucho por luchar y ganar.

Quiero casarme contigo, quedarme a tu lado, ser el bendecido por tu amor. Por eso yo quiero dejar mi pasado, que vengas conmigo morir en tus brazos dulce amor, por eso yo quiero…

Que nunca pierdas la sonrisa, que sigas adelante pese a todo, que construyas nuestro futuro, que seas fuerte, que no olvides que puedes. Porque los campeones nunca se rinden, siempre queda un pellizco dentro de nosotros que nos empuja a salir adelante. Que puedes, que podemos.

Puedo boxear en las olimpiadas, puedo mendigar por tu perdón, puede mudarme a la castellana agua fría por las mañanas y alinear en el Unión. Puedo ser tu fiel, chofer, mujer, todo lo que te imaginas puedo ser y es que por tu amor volví a nacer, tú fuiste la respiración era tan grande la ilusión pero si te vas que voy a hacer, planchar de nuevo el corazón se pone triste esta canción…

Hoy escribo desde el anonimato y hacia él, escribo desde esa alma que a veces creemos que no existe pero que en situaciones difíciles sale a ver la oscuridad, sale para hacerme desahogar frente un papel. Y de nuevo le tengo en mi cabeza, pequeño gran amor …

Quiero casarme contigo, quedarme a tu lado, ser el bendecido por tu amor. Por eso yo quiero dejar mi pasado, que vengas conmigo morir en tus brazos dulce amor. Puedo tantas cosas en mi vida, por tu amor…

Pequeño gran amor, gracias.


No me digas que el limite es el cielo cuando hay huellas en la luna.

domingo, 17 de agosto de 2014

Eterno.

En una abrir y cerrar de ojos le tenía a mi lado y era yo, esa persona insensible con mil kilos de orgullo encima la que ahora, dejaba todo por un segundo. Fui yo la que en dos días vi en esa mirada lo que había buscado toda mi vida, no os llegáis a imaginar lo que se siente al mirar esos ojos fijamente y ver esa sonrisa, esa sonrisa que paraliza el mundo, esa sonrisa que sale del corazón.

A día de hoy puedo decir que le he visto llorar, le he visto perder los nervios, le he visto agachar la cabeza, pero también le he visto levantarla y sonreír para que nadie se diera cuenta de ello. Que a mi lado ha caído, que en un abrir y cerrar de ojos, en el momento más inesperado ha vuelto a tropezar con esa piedra, esa piedra que se ha encontrado en el camino y que es tan difícil de superar, pero ha salido a la calle con la cabeza en alto y de nuevo, ha sonreído.

Le he visto sonreír cuando su mundo estaba caído, cuando vivía en un mundo paralelo con sus pensamientos, con esa piedra que le aprieta el corazón y que muchas veces le gana el pulso. Pero seguiré a su lado para recordarle día a día que puede ser que el mal domine sus horas pero que luchare para que toda su risa le gane ese pulso al dolor.

Y mirándole a los ojos sé que pasa por esa cabeza, que la conozco por cada gesto que da, que se cómo agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior. Que conozco su voz en formato susurro, en formato gemido y en formato secreto, que me sé sus cicatrices y el sitio que la tienes que tocar a la derecha de su barriga para conseguir que se ría.

A día de hoy quiero regalarle cada segundo de mi vida, quiero verle cada vez con esa sonrisa, esa sonrisa verdadera, esa sonrisa que sale del corazón en medio de un abrazo. Porque llevan su nombre esas caricias y esas sonrisas, esa mirada indestructible. Esa forma especial de tratarme, esos pequeños ojitos azules y esa manera de hacerme sentir única y especial. Esa misteriosa forma de hacerme reír, de cada una de sus palabras y de sus pequeños y encantadores defectos.

Y parece que el tiempo a su lado haya sido largo pero no es así, ya os aseguro yo que no es nada comparado con el tiempo que nos queda, que la eternidad es la que describe ese sentimiento. Que moveré el mundo para hacerle reír con lo más insignificante, le cuidare como el tesoro que es, le echare de menos cada segundo que no esté a mi lado como hago desde el primer día que abrí los ojos a su lado.


Os aseguro que yo no quiero otros besos, otros sueños ni otras manos revolviendo mi pelo. No quiero un te quiero distinto dicho por una voz diferente a la suya, no quiero escuchar otros cumplido, ni otros suspiros o respiraciones cerca del oído, que ya empecé mi historia y no necesito otra, porque si algo es perfecto es lo que yo siento a su lado.


Porque a tu lado construiremos sueños.

miércoles, 30 de julio de 2014

Desde siempre, para siempre.

Después de todo, de una vida a su lado, de esos momentos en el que querer irse y otros momentos en los que no querer separarse.

Ella es mucho más que amiga mía, se parece más a mí que el mismo yo, ella calienta mi  motor cuando se enfría y me levanta cuando caigo de dolor. Que todos hemos tenido ese momento en el que creemos que no está, que ya no es lo que era cuando eras pequeña, pero sigue, sigue a tu lado pese a todo, pese a que le hayas contestado mal o hayas echo miles de cosas que no le hayan gustado, ella está aquí.

Ella no hace nada más ni nada menos, que quererme exactamente como soy. Que no hay nadie que me conozca mejor, que ella me ha visto nacer, que a su lado he vivido el primer segundo de mi vida, que ella ha estado a mi lado aunque las cosas hayan ido mal, aunque por una tontería mía yo haya caído de nuevo con esa piedra del camino, esa piedra que ella tantas veces me ha avisado para evitar mi caída y de nuevo me salte sus avisos y caí. Ese momento en el que te recuerda que te había avisado, pero pese a eso está ahí a tu lado cuidándote y haciendo lo que pueda para levantarte de nuevo.

Es ella, la mujer que dio por mí su propia sangre, esa mujer que me acepto sin conocerme y solo verme me adoro. Me adoro sin saber nada de mí, fue ella la primera en quererme viendo tan solo una pequeña forma de mí, es ella la que lloro cogida de la mano de él para enseñarme a mí el placer de poder vivir la vida.

Ella sabe dónde estoy aunque me esconda, y me deja ser tan libre como soy, hace que callé cuando quiere que responda y me responde solo cuando quiero yo. Y con todos estos años me ha visto caer miles de veces, me ha visto bajar la cabeza y decir de esta no salgo y me ha dado su mano para recordarme que vale la pena seguir, que nada ni nadie puede conmigo. Pero ella también ha caído, ha caído muchas veces a mi lado y yo he caído con ella, sin querer he estado en el suelo por la misma piedra, pero he levantado la cabeza para hacerle ver que estaba bien y que de esa nuevamente salía.

A día de hoy vamos de nuevo a por otro reto, que la vida a veces nos da la espalda pero por eso somos grandes y tenemos la fuerza suficiente para ir contra todo. A veces parece que el mundo gira contra de ti, que todo funciona para que salga mal pero realmente no es así, el mundo siempre gira igual y nosotros con él, pero este mundo está lleno de piedras por lo tanto una vez más toca levantar la cabeza y seguir. Dejadme deciros que incluso a veces pienso que la quiero y otra veces no, eso no es amor es mucho más que amor, es mi madre.


Muchas veces me he caído y lastimado, con el tiempo el dolor termina. Ahora ya no temo a los golpes, aunque me hagan pedazos.

lunes, 28 de julio de 2014

Vivimos del supongo.

Vivimos en un mundo donde suponemos todo, yo soy la primera que supongo todo. Porque realmente saber lo que es saber, cada vez sé menos no os voy a engañar. Que aprendo algo nuevo día a día pero también elimino sin querer cosas ya aprendidas o eso creo, porque al final acabo confundiendo la experiencia con el saber.

Y supongo que hago lo que me gusta, porque si no estaría haciendo otra cosa, aunque en ocasiones quiera abandonar y poner fin a algo, aunque siempre me olvide del lujo que hoy supone tener lo que quiero. Y con el paso del tiempo cada vez voy cumpliendo más años y menos promesas, que se me va la vida en ratos idiotas y me muero esperando vivir cosas que nunca llegaran a importar, y luego valoro ese tiempo como tiempo que me gustaría recuperar para poder tener más tiempo de ese en el que solo deseas pararlo y que no avance.

Pensando en el más allá, supongo siempre un futuro mejor. Que es inesperado y te aparece sin querer el amor, y supongo que ha venido a incrementar la felicidad media de los que ya estábamos desengañados de tanto engañar y casi hasta pensando en que no existía. Y lo ha conseguido, sin ninguna duda llego para romper todos mis esquemas. Os lo puedo asegurar que aquí ya no supongo, esto sí lo sé. También sé que me ha enseñado más cosas en poco tiempo de las que yo seré capaz de enseñarle jamás. Eso es cierto, eso es amor.

Y si hablamos de personas, imagino que en cualquier parte hay gente buena y buena gente, que no necesariamente coinciden siempre en la misma persona ni en el mismo grupo y mucho menos en la misma clase social, y el reto que nos pone la vida está en saber diferenciar antes de que ellos te quieran amar, odiar o ignorar.

Que por suponer no se paga, ni te cuesta nada. Que quieras o no pasamos gran parte de nuestra vida suponiendo y, a veces, cuando no lo haces es cuando va la vida y te sorprende. A día de hoy me gustaría poder suponer que he encontrado esa mano con la que caminar el resto de mi vida, pero igual que llego rompiendo todos mis esquemas una vez más ha roto la tradición del supongo, porque a su lado no supongo a su lado afirmo.


Sin embargo, todo tiene que venir de dentro, supongo.

domingo, 27 de julio de 2014

Tiempo.

Cerrar los ojos y abrirlos, cinco segundos menos para que la aguja del reloj de la vuelta de nuevo, esa vuelta que a veces la hace volando y otras veces parece que no avance.

Pero a quien voy a engañar si a mí me gustaría parar el tiempo en miles de momentos. Que me encanta que me susurren al oído, que cada beso vaya seguido con ese te quiero que te llena el alma, que cada minuto de mi vida sea una anécdota para contar y no olvidar. Que me encanta ver las gotas de agua resbalar por el cristal pensando cual llegará antes, ese momento de cuando éramos niños y fingíamos fumar con el vaho cuando hacia frio, escribir su nombre en el cristal empañado del coche, que me duelan las mejillas de tanto sonreír. Ese sentimiento de ir al cine y cogerle de la mano con esa fuerza de no te vayas nunca de mi vida, ese beso debajo de la lluvia que te da esa fuerza especial y ese niño pequeño que llevamos dentro que nos hace cruzar ese semáforo solo pisando las rallas blancas del suelo, y dar mil vueltas en la cama para encontrar ese hueco frio en verano.

Que nunca se pierde ese niño que todos llevamos dentro, que es ese niño quien nos ha enseñado a levantarnos cuando aprendíamos a andar, ese recuerdo de la cosita pequeña que éramos y el tiempo que ha llegado a pasar y es de nuevo él, el tiempo, el que nos hace darnos cuenta que en un abrir y cerrar de ojos todo puede cambiar.

Con el paso del tiempo te das cuenta que no todas las sonrisas son de verdad, ni todos los te quiero son sinceros, que lo que duele no son las mentiras que se dicen, si no las verdades que se callan. Que lo que más duele no es el golpe si no quien te lo da. Que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos. Que aquellos que te querían ahora te pueden estar odiando. Que la vida es negra o blanca, nunca de color rosa eso es tan solo un mito que se cuenta entre la gente. Que aprendemos que los cuentos no tienen siempre un final feliz, que un final feliz es una historia sin acabar. Aprendemos que los mejores momentos se componen de pequeñas coses porque en este mundo lo pequeño es grande día a día. Que no es oro todo lo que reluce y que quien avisa no es traidor. Que es mejor tener cinco amigos de verdad, que cincuenta falsos. Que quien poco te demuestra, poco le importas.

Y los años te enseñan a que puedes haber querido a mucha gente, pero que el amor de verdad será el que un día de golpe y de frente lo veras y te hará sonreír, y en ese momento no entenderás nada pero será el principio de una larga historia, una larga historia en la que aprenderás el verdadero significado de la palabra amor. Y será a su lado cuando te darás cuenta que la vida es muy corta y el tiempo corre muy deprisa.


Si el tiempo es lo más valioso, la pérdida de tiempo es el mayor de los derroches.

viernes, 25 de julio de 2014

Levantarse siempre.

Nunca digáis después de caer que es el final de todo, que ya os digo yo que no es así. Que yo caí dejando todo ahí y pensando que no saldría pero finalmente lo conseguí y a día de hoy he encontrado un ejemplo de superación.

Dejadme deciros que nunca podéis decir que es el final de todo, que os aseguro que siempre puedes dar mucho más, que no se entiende de límites si de verdad quieres llegar algo, que no os debe importar nada ni nadie que tan solo os importe avanzar y crecer día a día. Nunca lleguéis a decir que hacéis poco, que no existe el hacer poco porque de poco en poco puedes llegar a hacer mucho, de poco en poco se puede llegar a conseguir el sueño.

Y llega un día en el que haces un salto pequeño, pero el día siguiente podrás hacer un salto grande en tu vida. Ese día tendrás miles de propósitos por los cuales seguir adelante, por lo cual mejorar cada día en cada entrenamiento y en este reto llamado la vida. Que nada os detenga, ni siquiera la propia vida, que la vida da duros golpes, tan duros que pueden llegar a hacerte caer sin encontrar como levantarte, pero también os digo que la vida se equivoca, que cuando os tire un fuerte golpe no importa que duro sea, no importa lo que pueda doler, sino levantaros, levantaros para plantarle cara a la vida, para decirle que vais a luchar contra todo. Que en esta vida es uno mismo quien escoge si ser un vencedor o un perdedor.

Demostraros a vosotros mismos que no lo habéis dado todo, demostrar que vais a luchar contra todo, demostrar que podéis lograr más de todo lo que habéis logrado, demostrar a cada persona que ha dudado de vosotros que realmente sois grandes, que sois un guerrero que nada ni nadie te puede detener, demostrad que sois el mejor guerrero que no importa las veces que habéis caído que os levantareis de nuevo para seguir, que nunca podéis pensar en rendiros. Que sois un ejemplo de vida, nunca lleguéis a pensar en rendiros, en daros por vencidos, salid y demostrar que sois invencibles.

Que después de muchas caídas he aprendido que no existen los límites, que siempre se puede seguir adelante si realmente se quiere, que para aprender a triunfar primero hay que aprender a fallar. Por eso he fallado mil veces en mi vida, he fallado y he caído diciendo de esta no salgo y  he salido de nuevo. A día de hoy existe esa pequeña fuerza en mí que me dice que de nuevo levante la cabeza y trabaje duro para poder pisar esa piedra que hace más de un año pudo conmigo.


El dolor es algo temporal, puede durar un minuto, una hora, un día, o un año, pero al final se acabará y otra cosa tomará su lugar. Sin embargo, si me rindo ese dolor será para siempre.

                                                                           

viernes, 18 de julio de 2014

Echar de menos

Buscando su definición esta vez la he encontrado, la comparto con ese experto que lo ha descrito como el hecho de advertir o notar la falta de alguien o algo. Y tal vez podamos decir en líneas generales que si es eso, que todos lo sentimos igual.

Pero para mí echar de menos se ha convertido en un sentimiento que camina conmigo de la mano, en el momento que le vi bajar del coche y me dijo ese ahora hablamos, en el que le vi cómo se iba andando cada vez más lejos de mí, cada vez que se va de mi lado. En ese momento no importa el lugar, él me invade y se viene conmigo.

No sé si me acompaña desde siempre, tal vez estaba ahí y no lo había reconocido de una manera tan intensa como ahora, el sentir ese cosquilleo en mi corazón. Pero quizás no estaba, quizá ha llegado de improvisto sin avisar y me está enseñando que es él de verdad. No lo sé, pero él encontró un lugar a mi lado cada vez que le veo irse.

Y el echar de menos se ha convertido en añorar su sonrisa, y escuchar sus carcajadas, en volver a tenerle de frente a tan sólo un palmo de mí, a dale ese abrazo o aunque tan solo sea para poder contemplar sus miradas. Se ha convertido en recordar que a veces sin decirle nada le digo todo, en ese momento que callamos y son nuestros silencios los que gritan. Se transformó en las ganas de volver a recordarle que este mundo no es solo es un camino de piedras que está lleno de ellas pero que siempre hay que seguir para luego tener momentos perfectos.

Es cierto que estoy aprendiendo a vivir con él, aunque me cueste cada día ver cómo se va y abrirle segundos después para recordarle y darle gracias por cada segundo a su lado. Que echar de menos te hace grande día a día, que llegara el momento en que sea algo normal pero hasta ese momento dejen que les diga que a su lado me hago grande día a día, que ver su sonrisa y tener su abrazo vale más que las horas que le echo de menos. Que nadie dijo que fuera sencillo, que lo sencillo no existe, pero también creo que si este sentimiento existe es porque viven en mi muchos sentimientos que me llevan a él. Sentimientos que no entienden de lejanías, de distancias, ni de espacio, ni de tiempo.



“Cuando menos lo esperamos, la vida nos coloca delante un desafío que pone a prueba nuestro coraje y nuestra voluntad de cambio.”

miércoles, 16 de julio de 2014

Apunta más alto

Y mucha gente es incapaz de entender lo que se puede llegar hacer por un sueño. Que cuesta mucho entender que casi nadie sea capaz de aceptar tu trabajo diario, ese trabajo que te dibuja el camino él.
No les hablo de locura, hablo de pasión. Que si algo quieres algo cuesta y por ello se tiene que renunciar a muchas cosas. Abrir los ojos porque nadie en este mundo va encontrar su sueño al girar la esquina, que he girado mil y una esquinas en mi vida, he renunciado a muchas cosas por eso llamado sueño y lo conseguí después de muchos años.

Y todos nacemos sin ningún sueño, y al paso del tiempo descubrimos ese momento en el que te das cuenta que existe un lugar en el que eres capaz de desconectar del mundo, en el que eres capaz de entrar con lágrimas y que al pasar esa puerta se sequen y se transformen en una sonrisa, en el que bajar la cabeza es imposible porque eres feliz, en el que necesitas ir diariamente para ver que todo esfuerzo tiene su recompensa.

Y dejen que les diga que este lugar vale más que mil palabras. Que he estado días sin comer, noches sin dormir, horas y horas sudando sin parar para llegar él. Que no es tan difícil de entender que hay que renunciar a cosas para poder llegar a ese punto, a poder decir he conseguido mi sueño.
¿Sabéis de qué hablo, verdad? Pues lo toque con las manos y caí. En un abrir y cerrar de ojos pase de cumplir un sueño a estar viviendo un mal sueño. Una lesión de por vida, una lesión que me dejo meses y meses en una cama, que me enseñó a valorar cada segundo que pasa, a valorar el poder de andar como un tesoro, a ver el mundo desde otra perspectiva y les tuve que abandonar. Abandone a esas cuatro paredes que me han enseñado a ser quien soy, que me han hecho cumplir mi sueño, que me han hecho crecer día a día.

A día de hoy no puedo volver a entrar en esas cuatro paredes para luchar de nuevo por mi sueño, pero un día sin darme cuenta mire a los ojos de alguien y en ellos encontré toda la pasión que yo había llegado hacer por un sueño, en ellos vi una fuerza y unas ganas que derrumbaban todos los problemas del mundo y con ellos soy capaz de sonreír día tras día, soy capaz de aceptar mis límites porque en esos ojos veo todo lo que yo necesito. Esos ojos, nadie es capaz de describirlos. Que a esos ojos les daré mi vida entera, que ver esos ojos brillar día a día es verme brillar a mí, que sin darme cuenta me enfrentare a ellos para evitar algo que luego les pueda hacer caer, pero también aseguro que moveré cielo y tierra para que esos ojos cumplan lo que se merecen, su sueño.


"Siempre sueña y apunta más alto de lo que sabes que puedes lograr."

martes, 8 de julio de 2014

Me enamoré.

Y todo empezó sin darme cuenta, en el lugar menos esperado pero era el momento. Y allí me fui, cerré los ojos, sonreí, mire el móvil y le dije vengo.

Y cerca de esas cuatro paredes que le han enseñado a ser quien es, a ser lo fuerte que llega ser, esas cuatro paredes donde desconecta del mundo, esa sonrisa con la que sale de ahí, esas cuatro paredes que valen oro. Y le vi salir de ahí directamente donde estaba yo, ese pantalón corto y esa camiseta de tirantes acompaña de una conversación sin mucho sentido, con risas tontas esas risas de tengo vergüenza pero a la vez estoy bien.

El reloj empezó a girar, girar a un ritmo veloz girar hasta conseguir que los diez minutos parecieran dos, girar para que me diera cuenta que había algo especial en ese lugar en ese momento y en esa persona. Y giro hasta el adiós, esos dos besos y hablamos después.

Pasar las horas y volver, quería volver a ese lugar donde vi su sonrisa por primera vez, volví a ese lugar dispuesta a olvidarme de todo pero con una condición, una sudadera por favor, sino no salgas. Y en ese momento existió algo, una preocupación dentro de mí que me dijo que se pusiera una sudadera porque no quería que se resfriara. Que en un día vi que en sus ojos se escondía algo, que esa mirada y esa sonrisa no eran normales, esa fuerza con la que se quería comer el mundo iba por encima de todas las caídas que alguien pueda llegar a tener y eso lo transmitía con tan solo mirarle.

Y el día menos esperado, en el sitio menos esperado le mire a los ojos sin ningún temor y en ese momento note un cosquilleo en mi cuerpo, una sensación que nunca había llegado a sentir, miedo y temor juntos para decir eso llamado le estoy empezando a querer. Y con los ojos cerrados subí al cielo en un momento y caí en picado pegándome fuerte contra el suelo y haciendo de mi cabeza una telaraña de sentimientos.
Esa noche llegué a casa con la sonrisa más grande del planeta, me estire en mi cama y sonreí sin querer, cerré los ojos y entre en un cuento donde era feliz, donde mi corazón me decía que dejara los miedos y siguiera adelante, donde estaba aprendiendo el valor de eso llamado amor.

Y después de meses escribo diciendo que me he enamorado, que a su lado he aprendido a tocar el cielo, que su sonrisa en medio de un beso vale más que un tesoro, que un abrazo suyo me da toda la fuerza que pueda llegar a desear y esa sonrisa, nadie puede llegar a imaginar lo que me hace sentir verle sonreír. Y dejen que les diga que a su lado no tengo permitido caerme es imposible hacerlo, pero también os dijo que por ese amor voy a mover el planeta.



Y solo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre.

lunes, 7 de julio de 2014

Un sueño cumplido.

Y abrí los ojos por primera vez y planté cara a un juego del que no sabía ni las reglas, ni el objetivo ni el camino a seguir, pero era mi momento y tocaba empezar la vida. Y pasaron tres años de aprendizaje de crecer a cada pequeño paso que daba, y llego el día, tres añitos y me dan un balón, ese balón naranja, esas líneas negras, esa fuerza, esa diversión, miles de cosas que aun y ser una niña me vinieron a la cabeza, eso que paso a ser mi sueño.  

Y crecí a su lado, con tan solo tres añitos corría detrás de esa pelota la necesitaba en mis manos como un bebé necesita su madre al nacer, corría hasta tenerla en mis manos hasta decir es mía, aprendí a botar, a tirar, a defender. Y me enamore del deporte, me enamore de esa pequeña forma de liberar todo el nervio que llevo dentro y esas ganas de luchar.

Cerrar los ojos ante el miedo, y luchar. Entre a competir, formar un equipo, aprender a jugar en equipo. Y con cuatro años me lleve mi primera medalla, las rodillas quemadas, la camiseta sudada y una sonrisa que no me cabía en la cara, mi hermana, mis abuelos y mis padres ahí, esa medalla era suya. Y el año siguiente dije que quería formar parte de las olimpiadas escolares, hable con el profesor y me dijo adelante, puedes. Y una pasión al deporte como la mía no la paraba nadie, 100 metros lisos, lanzamientos de peso, salto de longitud y como no mi pasión, el baloncesto. Ese era mi siguiente objetivo, cada hora de gimnasia era trabajar eso, horas del patio y horas de comer, luchando cada pequeño día y sacando mi nervio hasta que llego el día.
Buenos días mundo, hoy es el día con tan solo cinco años me planto ante un reto, quería subir a ese pódium, ver que todo esfuerzo tiene su recompensa y lo que más valor tenía en mi es la cara de mis familiares al verme ahí. Y gane, me lleve los cuatro oros, una medalla que a día de hoy la miro y me saca una sonrisa de recordar esos momentos y comentarlos con mis padres, pero lo más grande de esas victorias es que la fuerza y el sacrificio tenga su recompensa. Una de ellas con un sentimiento especial, mi hermana jugadora de baloncesto, luchadora a mas no poder hasta que el médico le dijo aquí tienes tu punto y final, yo quería seguir con su pasión, ella había conseguido transmitirme esa pasión y lo quería. Quería el Baloncesto como mi estilo de vida.

El baloncesto me enseñó a soñar con un Campeonato Provincial, me enseñó a querer jugar en una liga nacional. Me enseñó a llorar con un error sobre el final, con ese partido que no pude jugar. Me enseñó a creer más que nunca en lo que es de verdad un equipo y quien lo forma, me enseñó a celebrar cuando ganas un partido muy importante y corríamos hacia esa red para cortarla. Me enseñó a ayudar al amigo que se lesiona, a acompañarlo a subirlo en brazos para llevarlo al banquillo, me enseñó a valorar cada tiro en la zona y correr detrás de esa pelota perdida. Me enseñó que no dejamos de ser personas y debemos levantarlos tras esa lesión seguida. Me enseño la sensación de mirar y sacar tu fuerza para pasar el balón, a dedicar aquel triple limpio con orgullo y respetar esa rabia tras una caída. El me regalo un mundo, me formo un camino y me hizo volar cada segundo dentro y fuera de la pista. Que si luchas tienes tu recompensa que valen oro esas felicitaciones por los huevos y las ganas que has puesto. Con el he aprendido que todo se puede, que con dos segundos se puede perder o ganar un partido, que la pelota es un tesoro y hay que cuidarla como tal. Que aprendí a saltar más allá del tablero y tirarme al suelo de cabeza por tenerla en mis manos. Y dejen que les diga que en una pista nadie se suplanta, que todos nos complementamos, eso es un equipo. El baloncesto me enseñó a descansar en el banquillo por un mal tiro, y me dio fuerzas para jugarme el último tiro y ganar sobre la bocina, de él aprendí a valorar cada segundo y cada oportunidad. Con el he entregado todo en un partido con la mente helada y el corazón encendido y he sacrificado a darle confianza a los demás y agradecer cada asistencia recibida. Esa satisfacción de sangrar la camiseta, de matarme en defensa y soñar con hacer una acción impresionante.


Y después de todo, he luchado muchos años por mi sueño hasta que lo conseguí. Y ahora escribo desde una silla pensando en que es difícil poder volver a una pista, pero que seguiré luchando para conseguirlo y si no la verdad, conseguí mi sueño y eso vale más que todo.


He fallado una y otra vez en mi vida, por eso he conseguido el éxito

jueves, 3 de julio de 2014

Esa llamada felicidad.

La nombramos mil veces a la vida, en cada caída pedimos que sea ella la que nos levante, recordamos que es hacia ella donde debemos ir, donde debemos estar y lo que merecemos cada uno de nosotros.
Hemos nacido con ella, nacimos arropados de esa sonrisa de nuestros seres querido, nacimos arropados del calor materno, nacimos llorando pero lo primero que aprendemos es a sonreír. Esa mirada de los padres que nos hacia sonreír, esas bromas, esas canciones o esas caricias que hacían que nos durmiéramos con una sonrisa, ¿lo recordáis? Y ella estaba ahí en todo momento, cada segundo que pasaba era ella la que siempre te hacia compañía, que todos hemos sido pequeños y todos nos hemos pelado las rodillas en una caída, o nos hemos dado contra el canto de la mesa del comedor, y hemos llorado ¿verdad? Hemos llorado por un dolor instantáneo, instantáneo a nivel dos segundos y sonreír para seguir jugando, dos segundos para olvidarnos de ello y con ella seguir.

Pero el tiempo corre y hemos crecido hasta ser capaces de analizar nuestra vida, hemos crecido a nivel saber que pasa en cada instante en nuestra vida y por lo tanto en lo que nos rodea, y la hemos perdido esta vez más allá de un segundo. Y es duro pensar en que ella no está, es duro darse cuenta que no eres capaz de sonreír de corazón que no tienes fuerza para ello, es duro verse ante un espejo y ver lagrimas derramarse por la cara ya sean de tristeza, de rabia o dolor, son lágrimas y es duro ver como uno mismo se cae una y otra vez con la misma piedra, pero eso es así existe y de los errores hay que aprender. Y han pasado los segundos, incluso las horas y ella no está, sigue sin estar y entras en una burbuja de la que salir son palabras mayores.

Lucha, esfuerzo, sacrificio y ella, de nuevo vuelve a tu vida y vuelve para demostrarte que no puedes dejarla así como así, que nada ni nadie en este mundo se merece que la pierdas por ello, y vuelve, vuelve ella. Ella esa llamada felicidad.

Que yo también la he conocido, yo también he crecido con ella y la he dejado perder muchas veces sin darme cuenta, viendo mi vida pasar y valorando cada segundo con y sin ella. Que no vale déjala escapar, que vale mucho más que la tristeza, que ella llena los días de alegría.

Y en un abrir y cerrar de ojos apareció ese alguien que me enseñó a cogerle de la mano y no dejarla ir, apareció y me rompió todos los esquemas de mi vida, alguien que con mirarle es capaz de sacarme la sonrisa más grande del planeta, alguien que escuchar su voz al despertar es empezar el día de buen humor. Y dejen que le diga que a su lado he aprendido que es la verdadera felicidad, que ver su sonrisa en medio de un beso no tiene comparación con nada. Porque a su lado he tocado el cielo con la mano, a su lado he aprendido el verdadero camino a la felicidad.


Estar contigo es como tocar el cielo con las manos

miércoles, 2 de julio de 2014

Caminos, sueños y promesas.

Que sin darte cuenta pasan las horas, los días y los años. Que la vida pasa y crecemos, nos hacemos mayores y a la vez fuertes, fuertes delante de todos los problemas del camino, fuertes para poder seguir adelante, para nunca dejar de luchar.

Y en esta vida conocemos a miles de personas, esos dos besos, acompañados de un cómo va todo. ¿Os suena verdad? Que todos hemos sido niños, hemos estado en los brazos de nuestros seres queridos hasta aprender andar, miles de veces nos hemos caído antes de aguantarnos de pie solos, miles de veces hemos llorado para que nos dieran lo que queríamos antes de aprender a decir ese: - Papa, Mama. Y escuchando el mínimo sonido de nuestro alrededor, hemos empezado a hablar y de ahí nos han enseñado de su gran importancia para poder comunicarnos.

Y en este mundo hemos crecido, hemos aprendido a andar y hablar, hemos aprendido que los años pasan y que nosotros crecemos a cada segundo que corre, hemos aprendido a caer y levantarnos en cada caída, y hemos llegado a ese punto en el que hemos aprendido la palabra amor.

Y después de tantos años sé el verdadero significado de esta palabra, que déjense de diccionarios y de definiciones, que aquí cada uno tiene la suya. Que el amor es un sentimiento que llega de golpe y de frente y te cambia el mundo. Que yo le vi aprender a andar a ese amor y lo perdí entre palabras, lo perdí con el paso del tiempo creciendo en caminos paralelos. Pero mis padres me enseñaron que no existe un adiós para siempre, que en algún lugar del tiempo volverá, y después de tantos años aquí lo tengo de nuevo.

No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza por alguien que sin darme cuenta me he vuelto a topar con él. Y le vi de nuevo en ese lugar cerca de donde le había visto crecer, le mire a los ojos y sonreí, sonreí sin querer, sonreí desde el corazón, esta vez él había mandado sonreír. Apareció para darme toda su fuerza y sus ganas, para recordarme día a día que no se puede bajar la cabeza, que él estará ahí en mi eterna caída, que de cobardes está el mundo lleno pero que cogida de su mano podía llegar donde quisiera.

Le he tomado la mano a esa pequeña cosita que había visto aprender andar, le he tomado la mano para construir mi futuro, para no vencerme nunca pese a todas las piedras del camino, para salir siempre a la calle con esa sonrisa de oreja a oreja, esa sonrisa que me enseño eso llamado amor.



Ni uno mismo es dueño de sus sentimientos, un día todo cambia sin saber porque.

lunes, 30 de junio de 2014

Que la vida es un cigarro que no se debe apagar.

Cuantas piedras hay en el camino, miles y miles nos encontramos al ir creciendo y cada vez ellas crecen con nosotros. Bienvenidos al mundo de las caídas, al mundo donde hay que caer para aprender a levantarse, bienvenidos al mundo de las derrotas y de las lágrimas, pero después de todo esto, bienvenidos al mundo de la lucha, la sonrisa y la felicidad.

He caído muchas veces en esta vida, he caído más de una vez diciendo de esta no me levanto, he estado días y días pensando en ello, pensando que llega un punto en el que el cuerpo no puede más y hay que abandonar, he caído a nivel quererme despedir de mi misma, pero todos en nuestro pequeño mundo tenemos a alguien que nos ayuda a levantarnos en la eterna caída.

Y dejen que corrija al : Que eres grande. No, yo no soy grande. Grande es quien está a tu lado en las buenas y en las malas más, es quien consigue tu sonrisa aunque él este peor, es el que mueve el mundo por un segundo contigo, el que hace que la distancia sea una simple palabra. Dejen que les diga que yo no soy grande, son esas personas las que me hacen grande.

Y volveré a caer, porque la perfección no existe, porque de perfecta no tengo nada, porque no llego ni a la mitad del significado de esa palabra pero tampoco lo necesito. Volveré a caer porque mi camino está lleno de piedras, y volveré a levantar la cabeza aunque cueste, aunque me tire días encerrada de nuevo entre cuatro paredes y horas secando lágrimas.

Caer, levantarse y volver a caer. Porque en cada caída he aprendido el remedio a evitarla aunque a veces, tan solo a veces, sin darme cuenta he vuelto a caer con la misma, y en esa caída he comprobado que realmente sí que se aprende de cada una, y que si volvemos a caer es porque se esconde algo dentro nuestro que dice que lo intentemos una vez más.




Porque en este mundo no es grande aquel que nunca falla, si no el que nunca se da por vencido.

sábado, 28 de junio de 2014

Volver a caer.

Cuando menos te lo esperas va la vida y te sorprende. De nuevo después de un año y medio entre cuatro paredes.
De repente un día mi vida cambio, me encontré con una piedra que me supero, me encontré en ese hospital sin notar las piernas sin ser capaz de reaccionar ante ello. Luche, desperté día tras día pidiendo a mis padres que me pincharan esas piernas para ver si la volvían a sentir y no, día tras día, lagrima tras lagrima paso un mes, hasta el momento que volvieron, volví a sentir el sentimiento de tener piernas. Con el tiempo puede tener el placer de andar, después de un quirófano, de una uvi y de muchos meses salí a la calle con una sonrisa, para decirle al mundo que al final había conseguido pisar esa piedra y ser yo la ganadora.

Y ese día me di cuenta que debía renunciar a lo que era mi vida, mis ganas, mi lucha, ese balón con el que yo sentía toda la fuerza, tocaba dejarlo en la estantería y vivir otra vida durante un tiempo. 
Entre estas cuatro paredes vuelvo a escribir sobre ella, sobre la que me cambio la vida, la que me enseño de verdad el valor de poder andar, el valor de poder luchar por un sueño, y de nuevo ella me ha encerrado aquí. Y ahora toca de nuevo plantar cara, levantar la cabeza, sonreír, y pensar en poder volver a andar, poder volver hacer vida normal, no pido nada del otro mundo, porque volver a pisar una pista para luchar por mi sueño de nuevo ya he comprobado que no podrá ser.
Y voy a pisar fuerte a la vida, secare todas las lágrimas que me salen cada vez que intento moverme y el dolor me supera, pisare hasta romper de nuevo esta piedra y poder salir a la calle con la cabeza bien alta. Porque el camino está lleno de piedras, pero es el camino a seguir, y todos en esta vida nos toca levantar la cabeza y pensar en un futuro sin ese dolor. Voy a creer que saldré de aquí nuevamente, que andaré y que con paciencia poder volver a correr.


Recuerdo ese momento, la cara del médico y lágrimas derramándose por mi cara, recuerdo mis padres animándome, y yo levantar la cabeza y decir que podía con ello.
Después de un año y medio sin tocar una pelota, sin salir a correr, sin subir en una bicicleta, sin poder hacer nada, rompí mis miedos y me fui a ese lugar que me ha visto crecer. Pise de nuevo una pista de baloncesto y me sentí feliz, llena y dispuesta a poder decir que después de todo yo era la ganadora, me puse a jugar y desconectar, y de repente se paró mi mundo. Puse el pie en el suelo, un pinchazo, los ojos cerrados, dientes apretados, lágrimas de dolor que querían salir, puños comprimidos y de nuevo ella. Volvió a dar presencia, volvió para recordarme lo que había pasado hace un año y medio, para decirme que no se olvida y que esto es de por vida.

Y ahora estoy aquí, después de dos días en una cama estirada, sin poder andar, sin poder sentarme y con la espalda diciéndome: no puedo.


Va más allá de un simple balón.